La vuelta
Es el primer día que me he animado a salir. Me siento como si me hubiesen roto por dentro. Este último año ha sido un regalo. Yo sabía que se iría, pero mi corazón, por lo visto, no se lo creía. Hace dos semanas de su marcha y pienso que me falta un pedazo de mí. Los últimos diez meses me he conformado con verle. Algún encuentro corto y alguna llamada, con todo, yo sabía que estaba cerca. El día que me comunicó su decisión fue extraño. Me alegraba muchísimo por él. Eso realmente era lo que le hacía feliz y era una opción de vida como cualquier otra. Por otro lado, sabía que esa decisión nos separaría sin remedio. Siempre estaría ahí, al otro lado del teléfono, aunque no es lo mismo. Su familia es todo para él, si bien, me encargó cuidarla; para mí no era ninguna carga, ya que me consideraba parte de ella. Hoy estoy con los amigos de siempre, con los que pasábamos buenos y malos ratos. Hemos compartido risas, muchas, y llantos, de estos menos. En este pueblo hoy son fiestas, hacen un