Te perdono y me perdono
Sentada mirando el firmamento me
fijo en un punto luminoso y brillante, que tintinea llamando mi atención. El
recuerdo de quien siendo muy pequeña me mostró cómo hablar con los que ya no
están, me invade.
Me concentro en esa pequeña
estrella y susurro. Quiero perdonarte y perdonarme. Perdonarte todas las veces
que te busqué y no estabas; las que queriéndote contar mis cosas acabamos
hablando solo de las tuyas. Me gustaría olvidar que por mi bien siempre se
hacían las cosas a tu manera y que experimentar no entrase en tu vocabulario.
Todas esas veces que no me diste la libertad de equivocarme. También que cuando
me equivocaba siempre recibía un reproche y una espalda vuelta. Pocas veces me
tendiste la mano para levantarme o evitar que el golpe se amortiguara. Cuántas
veces me mandaste callar para escuchar una noticia, que nada tenía que ver con
nosotras. Mis cosas no eran tan importantes. Tu manera de educarme era a través
de las normas que no hay que dejar de seguir. Qué difícil me resultaba
disfrutar a corazón abierto. El miedo a no estar a la altura, a no cumplir tus
expectativas. Todo esto hoy te lo perdono.
Aprovecho para pedir perdón por
las rabietas de niña. Por venir a tu vida demasiado pronto. Por ser una niña
poco rebelde, ya que eso te hubiese hecho plantearte el mundo de forma
diferente, en cambio, te salió una chiquilla conformista.
Cuando siendo adulta no supe ver
tu tristeza, no reconocí las señales de todo lo que necesitabas y no pedías.
Las veces que desconecté de ti para pensar en mis cosas. No supe ver tu falta
de niñez, tus carencias juveniles, que te llevaron a ser una adulta triste. Sí,
lo sé, no sabías dar porque no recibiste. Y en mi egoísmo filial no supe
captar.
Q bonito gracias 🫂
ResponderEliminarGracias por escribir....
ResponderEliminarGracias por éstos relatos que nos invitan a reflexionar ❤️
ResponderEliminarmuchas gracias.
EliminarMe gustado muchísimo, me ha encantado. Muy bien escrito si señor. Es brutal.
ResponderEliminarGracias Encarna.
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