Vacaciones de lujo
No hace mucho que he conocido a esta mujer, me tiene embelesado. Es la única persona que ha conseguido que deje las ovejas y las gallinas a cargo de un vecino. Son mis primeras vacaciones en mi medio siglo de vida. Ayer llegamos a Granada, nos alojamos en un hotel de esos superlujosos. Yo la verdad en la puerta me hubiese dado la vuelta para buscar algo más normal, pero Aidea ha insistido en que la reserva ya estaba hecha. Lo primero que me ha llamado la atención es el gran salón, donde no se veía el mostrador de recepción. Al fin lo vemos en un rincón adornado lujosamente con varios ramos de flores (que si los pillan mis ovejas se dan un banquete). Entre las flores asoma la cabeza un chico elegantemente vestido que muy educado nos pide los carnés. Por el rabillo del ojo veo a un joven trajeado que va a coger nuestras maletas, con la rapidez que me ha dado saber quitarle la pieza de caza de las fauces a un perro, le doy un manotazo y le miro con ojos de asesino. Aidea se vuelve y m