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Mostrando entradas de mayo, 2024

Una idea loca

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   Una nueva nota vuelve a golpearme. Esta vez la encontré en el cuaderno de matemáticas. ¿Quién o quiénes me odian tanto? Son tantos días recibiendo mensajes… las notas en papel no son lo peor, esas las quemo en el cenicero lleno de colillas que reposa en mi escritorio. Las otras son las que más daño hacen. El grupo de WhatsApp del instituto se llena de insinuaciones que nadie para. Somos dos dianas andantes y con corazón donde muchos tiran su dardo. La otra diana es un chico, algo pusilánime. Él es varón y puede con esto, no sufre como yo.  Si me asomo a la ventana, me estremezco al ver los restos de pintura en el muro. Mi esfuerzo solo consiguió retirar parte del mensaje. "Las zorras no estudian, ya tienen el futuro asegurado", Esa frase me dio fuerzas para seguir adelante. Ellos pretendían hundirme, pero consiguieron que me esforzara cada vez más. Eso no significa que el puñetazo a la autoestima quedase sin herida. Les molesta mi delgadez, les molesta mi ligero maquillaje

No habrá llantos

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  Aquel que dijo que lo bueno si breve… ¡Mentía!  Ese dolor intenso al ver las gotas de sangre que presagiaban el drama. Mi alma estallando al intuir que nunca vería su rostro.  No quiero dejar de sentir dolor físico, eso hace que mi cabeza no piense en la pérdida. ¡Si solo pudiera ver su carita una vez!  El dolor físico se puede calmar con una pastilla, pero ¿qué hago con este suplicio que me consume por dentro? A mi hija, a esa que no estrenó la cama que le preparé. Ni jugó con los juguetes que guardé para que nadie más tocase. Planes incumplidos, tardes de cine perdidas y cuentos no leídos. Cuántos consejos recibidos que no puedo seguir. Las noches en vela que no son por sus llantos sino por los míos.  Sueño con ella, con la que pudo llegar a ser. Lloro sin parar por los gorjeos no escuchados. En mi vida no habrá primeras veces. Sin primeros pasos, sin primeros dientes…  Veo a esa niña sin nombre venir a consolarme en mi desespero. La niña que nunca será mujer.  No habrá pañales que

Un comentario sin más

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 Dos amigas de la infancia coinciden por casualidad en su pueblo de origen. Cada una llegó por su lado, pero al encontrarse caminan juntas para ir recordando sus vivencias de infancia. —Mira, la casa de Juana. ¿Te acuerdas de ella? Sí, mujer, la hija de Agapito, el del molino. Sí, aquel que además de Juana tenía cinco hijos más. El mayor, el pobre, enfermó de pequeño y se salvó por los pelos, bueno y porque Andrea, la mujer del cabrero, fue a buscar al médico. —Sí, esta es la casa. —Le responde su amiga con la cara de no saber a quién se refiere. —Pero, ¿te acuerdas de ella? La que su madre se casó con el molinero, ya embarazada. Juana, la que de pequeña jugaba con una muñeca, hasta que la bañó en el río y al ser de cartón se le deshizo. ¿Te acuerdas de lo que nos reímos? ¡Cómo lloraba la pobre! —Sí, esta es la casa—Intentaba cortar la verborrea de la mujer y que fuera al grano. —Es la casa de Juana, te tienes que acordar. Se casó con el hijo del panadero. Sí, aquel hombre feo que todo

El jarrón

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 Entro en casa con bolsas en las manos, el bolso en el hombro y el paraguas enganchado en el brazo. Llueve a mares y yo con la nevera vacía. Bueno a eso, lo de la nevera, ya le he puesto remedio. Lo otro no está en mis manos. Con toda esa carga me giro con la idea de meterme en la cocina para vaciar las bolsas, con tan mala suerte que el paraguas pega en el mueble de la entrada. El jarrón que hay encima cae al suelo haciéndose añicos. Suelto bruscamente todas las bolsas, como si así pudiese volver atrás el tiempo y evitar el gran desastre.   Ese jarrón tenía más de 150 años. Lo hizo el abuelo de mi abuelo, con sus manos de alfarero. Me han contado muchas veces la historia.   Recojo llorando cada pedazo de barro. Intento que no quede ningún pequeño trozo, aunque hay algunos que me es imposible recoger. Los meto con mucho cuidado en una caja. No sé cómo lo voy a hacer, pero mi intención es pegar cada fragmento. El disgusto que tengo me lo nota de inmediato mi madre al descolgar el teléfo