No habrá llantos

 

Aquel que dijo que lo bueno si breve… ¡Mentía! 

Ese dolor intenso al ver las gotas de sangre que presagiaban el drama. Mi alma estallando al intuir que nunca vería su rostro.  No quiero dejar de sentir dolor físico, eso hace que mi cabeza no piense en la pérdida. ¡Si solo pudiera ver su carita una vez! 

El dolor físico se puede calmar con una pastilla, pero ¿qué hago con este suplicio que me consume por dentro?

A mi hija, a esa que no estrenó la cama que le preparé. Ni jugó con los juguetes que guardé para que nadie más tocase. Planes incumplidos, tardes de cine perdidas y cuentos no leídos. Cuántos consejos recibidos que no puedo seguir. Las noches en vela que no son por sus llantos sino por los míos. 

Sueño con ella, con la que pudo llegar a ser. Lloro sin parar por los gorjeos no escuchados. En mi vida no habrá primeras veces. Sin primeros pasos, sin primeros dientes… 

Veo a esa niña sin nombre venir a consolarme en mi desespero. La niña que nunca será mujer. 

No habrá pañales que cambiar, ni llantos que consolar.

Duelen las palabras negras de seres que pretenden ayudar. Ya tendrás otro. Ni siquiera había nacido… Palabras que hacen sangrar el corazón. 

¿Por qué no entienden mi desconsuelo? Dejadme con mi duelo.  Ya sé que aprenderé a vivir sin ella, antes de haber aprendido a vivir con ella. Aunque ahora necesito llorarla. ¿Cómo se puede amar a alguien que nunca has visto? 

Amo a mi hija nonata.


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