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Mostrando entradas de agosto, 2023

Buscando una vida

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 El triste adiós de aquellos que dejé atrás, me encogió el alma. Según se alejaba el barco, mi ánimo se hundía en este mar que me prometía una nueva vida. Al enfrentarme al gentío lloroso que poblaba la cubierta, me llamó la atención una mujer joven con una niña agarrada de su mano. La joven tenía más o menos mi edad y destacaba su sonrisa entre tanta tristeza.   Fuera de primera clase, la gente compartía camarote con diez personas, cuando no se colaba alguna más. Así que decidida a no quedarme sin mi camastro por muy humilde que fuese, salí de cubierta. Me acomodé en una litera en la parte de abajo sabiendo que la cama superior sería habitada por alguien, aunque mi miedo a caerme superó las posibles molestias que esa pasajera en cuestión me causaría. Enseguida comenzaron a llegar más mujeres, todas llorosas. Nos mirábamos de reojo al principio, luego nos fuimos presentando. Algunas eran hijas de algún empresario que las reclamaban, aunque no se podían permitir los pasajes en primera;

la amistad infantil

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 En la mesa se reparten los ajados naipes. Los cuatro son aficionados, más que al juego, al rato compartido. Los recuerdos y las fanfarronadas se ponen sobre el tapete justo al lado del as de bastos. Esta semana le toca a Alfonso ser el anfitrión. Con algo de esfuerzo por el rechinar de sus huesos, saca del armario el jamón que le regalaron en Navidad. Ramón se presenta voluntario para cortar finas lascas que degustarán con algo de vino; no mucho, para que los ánimos no se exalten en demasía. El cuchillo jamonero se adapta perfectamente a la mano de Ramón. Una bandeja de metal al borde de la mesa será el recipiente idóneo. Un pequeño roce hace caer al suelo la fuente metálica.  El estruendo provoca que el cuchillo resbale y muerda la mano de Ramón. Alfonso, al percatarse del incidente, coge un trapo limpio e intenta taponar la herida de su amigo de la infancia. Al ver las manos de ambos manchadas de rojo, se miran y en la mente de los dos se representa la misma escena. Dos niños de ape

Volver a casa de madrugada

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 Vuelvo a casa después de estar con mi amiga en el hospital, al final solo era una torcedura de tobillo.   Son las 3:00 h de la madrugada, algunas farolas están encendidas.  A la altura del parque estiro la espalda con la ilusión de parecer más decidida. Casi sin pensarlo, de forma mecánica me cruzo el bolso pasándomelo por la cabeza. Al poco oigo pasos a mi espalda, intento mirar de reojo, pero no veo nada. Acelero un poco el paso.  Los pasos que escucho detrás también aumentan el ritmo. Esta vez me vuelvo como para enfrentar a quien me esté siguiendo. Para mi sorpresa no hay nadie. Tomo aire y me digo a mí misma que mi imaginación me está jugando una mala pasada. Prosigo mi camino, y de nuevo el sonido de pisadas. ¿Será que el miedo me hace escuchar fantasmas? Vuelvo varias veces la cabeza y no veo a nadie. Mis pasos se aceleran y con el afán de comprobar quién me persigue, no veo que el viento juega con una solitaria bolsa, la cual aterriza en mi cara, provocando que los manotazos y

Ladrón de ser

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 Colocando la habitación de mi madre reparo en un cuaderno que hasta ahora no había visto. No sé cómo lo hace, pero esta mujer revuelve la habitación como si estuviera haciendo un registro los del CSI. Abro como por descuido el cuaderno y me quedo leyendo unas palabras que vienen a recordarme que mi madre no siempre ha sido el terremoto que es ahora.   La cosa empezó de manera muy sutil. Eran como pequeños hurtos, nada importante. Un día me olvidaba de comprar el pan, otro día no conseguía recordar la ciudad donde habíamos estado de vacaciones. Me decía que eran despistes, quizá el estrés me estuviera pasando factura. Si le comentaba a mi marido el tema, me miraba asombrado por mi preocupación y sin darle ninguna importancia me decía que él también se olvidaba de cosas, eso le pasa a todo el mundo. Me esforzaba por restarle importancia, pero los “robos” en mi memoria comenzaban a ser atracos en toda regla. Un día salí a pasear y llegó un momento en el que no sabía dónde estaba o más bi