Entradas

Mostrando entradas de abril, 2023

El embarazo

Imagen
Las gotas golpean el cristal mientras en la silla de ruedas la anciana absorta en sus recuerdos, mueve las agujas de tejer con la ligereza que sus años le dejan. Está tejiendo un nuevo jersey para su pequeño bisnieto, aún no nato. Ese niño sin saberlo ni pretenderlo ha revolucionado toda la familia. El embarazo de su nieta, una niña que ya no era tan niña.  La noticia cayó en la familia como un meteorito en medio de la capital de Japón. Todo eran gritos y manos volando sin llegar a puerto. La pequeña estaba embarazada. La inocente Irene, la niña pequeña de la familia. ¿Cómo ha podido ocurrir? Irene tiene la cara roja de vergüenza y de rabia. Ella sabe bien que lo que le ha sucedido no es normal. ¿Cómo explicarlo?  Ella jugaba y nada más. El día en el que el juego le dolió se negó a seguir. Ese día el juego terminó, pero no pasaron muchos días sin que el jugador regresase. Ya no era divertido. A ella ese juego ya no le gustaba, aunque sí quería lo que a cambio recibía. Nunca había tenid

El Don

Imagen
 Soy una persona especial, y no lo digo con falsa modestia. Desde pequeño descubrí un Don en mí. Ese Don me ha dado más de un disgusto y algunas satisfacciones. El primer disgusto y grande, fue siendo muy niño. Al tomar la mano de mi abuela sentí un hormigueo por el cuerpo y con la inocencia de un pequeño de apenas cuatro años le pregunté a mi abuela que donde estaba el bebé. ¿Dónde lo había dejado? Mi abuela me soltó como si quemase y me miró con unos ojos que destellaban algo que entonces no supe descifrar, pero que con el tiempo aprendí que era dolor, enfado y sorpresa, a un tiempo. La abuela nunca más me tomó de la mano, es más, intentaba evitar tocarme. Mi madre no le daba importancia, lo tomaba más como algo producto de mi imaginación. Era extraño, pero tocase a quien tocase inmediatamente sabía cosas de su pasado. Siempre es del pasado y nunca tengo visiones del futuro. He aprendido a callar lo que sabía. Casi siempre me traía problemas exteriorizar “mis visiones”, por llamarlas

Corazón vendido

Imagen
 En el rincón oscuro y frío se encoge un cuerpo magullado. La piel marcada por innumerables heridas, ya no recuerda que es el dolor. El dolor verdadero sabe de verdad cuál es, aquel que le infligieron cuando su corazón aún era capaz de amar. El amor inocente de la que acaba de florecer. De la mano de aquel que siempre la protegió y escoltada por el que compartió sus juegos llega a una puerta grande y pesada. Esa entrada al infierno, es custodiada por un hombre con un solo ojo. Aquella mano le toma del brazo haciéndole saber lo dura que su vida se va a volver. Las lágrimas empañan los ojos de la joven que solo pide un minuto. Se acerca al hermano cuyo rostro mojado tan bien conoce, posando sus labios en la pequeña mancha con forma de paloma que luce en la sien derecha, se despide con el amor asesinado. Sus ojos hinchados ya no tienen lágrimas. Aquella primera vez que se atrevió a negarse a destapar su torso, fue la que marcó el inicio del que sería el resto de su vida.  Alarga su temblo

El robo

Imagen
El sonido de las olas que juegan con la arena la tiene hipnotizada. Es el sonido más relajante que hay. Algo interrumpe esa relajación, es una música estridente, levanta la cabeza para identificar el origen, pero no ve a nadie. El molesto tono sigue cada vez más alto, lo que hace que despierte, dándose cuenta de que es su teléfono móvil.  Como puede manotea encima de la mesilla hasta que atrapa el aparato. Con dificultad distingue el nombre del llamante en la pantalla. Descuelga. _¡Es horrible! No hay nada, se han llevado todo._ Es lo primero que oye la somnolienta Claudia. Lo que hace que se espabile de golpe. Esa voz tan querida como, en estos momentos, asustada. _ Nohaynadanisiquieralosmuebleshandejado. _ Abuela tranquilízate y habla más despacio que no te estoy entendiendo nada _. Le dice incorporándose en la cama. _ Hija, lo que oyes que no han dejado ni los muebles.  _ Abuela ¿Tú estás bien?, cuéntame qué ha pasado mientras voy hacia tu casa. _ Esta mañana he bajado a por el pan,