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Mostrando entradas de diciembre, 2022

Cruzar los dedos

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 Dos pares de pequeños ojos buscan a través del sucio cristal a quien les da de comer, al que lleva el sueldo a casa. Ven pasar bultos arropados por el frío del invierno que se acerca; sin embargo, ninguno se parece al que esperan. Inguma y Longinos se toman de la mano ante la silueta conocida que se aproxima. El sonido de las llaves en la puerta hace que de inmediato corran a la cocina. Inguma se dedica a poner la mesa, ya le han inculcado que eso es cosa de mujeres. En cambio, Longinos se afana en alimentar el fuego que ya ha calentado la estancia. Las zapatillas calientes abrazarán los pies de quien cada día sale temprano y llega tarde. La madre está calentando la cena, tras atusarse los cabellos. Todos están atentos al modo en el que suenan sus pasos. Esta vez vuelven a ser tambaleantes y su grave voz resuena por el pasillo tras tropezarse de nuevo con el paragüero. Los moradores de la casa se miran y contienen la respiración. La brisa que entra al abrir la puerta de la cocina, hac

La incertidumbre

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 Que me notas rara. No, estoy bien. Sí, tienes razón, me tiene muy preocupada un asunto con una amiga.  En serio, no sé qué hacer, tengo el corazón encogido. Hace un par de días que no pego ojo. No sé si contarte. Sí, mujer, confianza, sí tengo. Es complicado. Tengo una amiga a la que quiero mucho, la cual está implicada. Y no sé si contarle lo que me preocupa. Me puede costar su amistad. ¿El tema? Es complicado, porque implicaría a su relación de pareja, y ya sabes que cuando alguien se mete en un asunto de dos, el tercero sale escaldado. ¡Qué me va a gustar la pareja de mi amiga! No, claro que no. Sí, ya imagino que tú no soportarías que alguien se metiese en tu relación de pareja; y sé cuánto amas a Eradio. No os he visto enfadados desde que os conozco.  Imagina que… Uf… Qué difícil es decirlo en voz alta. Sí, es cierto que cuatro ojos ven más que dos, y quizá si te lo cuento me quede más tranquila. El caso es que el otro día me pareció ver en el interior de una cafetería al marido

Salir adelante

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Una mano suave y fuerte tomó la mía y con decisión por su parte y con miedo por la mía, atravesamos la calle. Apenas me atrevo a volver la cabeza, aunque al hacerlo veo a lo lejos a esa mujer mirando a su alrededor como buscando algo o alguien. Segura de no ser yo la causante de su desasosiego, me aferro con más fuerza a esa mano que me ha prometido cuidados y protección.  Apenas recuerdo cuando eso no era importante para mí, lo tenía sin saber que un día me faltaría. ¿Cómo son posibles tales cambios en mi corta vida? Desde la noche en que mi madre salió del cuartucho en el que dormíamos con poco, pero suficiente para mí, desde entonces mi vida ha dado tal vuelco que aun si cierro los ojos veo su sonrisa y oigo su voz contándome mi cuento favorito. Apenas han pasado unas semanas, su desaparición me dejó trastornada.  Aquella mujer qué me encontró empapada en lágrimas, hambrienta y con el pánico habitando en mi alma, se burló de mí.  La creí cuando me prometió buscar a mi mamá, nunca la

Garbanzo negro

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 Hoy va a ser el último día. Esto ya no se puede aguantar. Mis ilusiones eran grandes, mis esfuerzos no se pueden poner en duda, pero lo que obtengo está muy lejos de lo que esperaba. Recuerdo mi primer día. La ilusión de un futuro por delante que me había hecho prepararme a conciencia. Mi vestido verde, los pendientes del mismo color y hasta me atreví a darme algo de color en las mejillas. Al llegar la mirada del que sería mi compañero de mesa, me pareció fuera de lugar. Un recorrido de sus ojos a mi cuerpo de arriba abajo, que no dejó centímetro sin escrutar. La verdad, no me gustó, aunque la ilusión con la que empezaba no me la podía empañar. La jornada pasó entre nervios y aprendizaje. Compañeros amables que me iban poniendo al día de mis tareas. A última hora mi compañero de mesa se acercó a mí y poniendo su mano sobre la mía, se presentó diciendo que su nombre era Evencio, que tendríamos tiempo de conocernos todo lo que yo quisiera. Con algo de rubor en la cara y con temor en el