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Mostrando entradas de octubre, 2021

Escribiendo a diario

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 Llevo trabajando en esta casa casi un año. Me costó encontrar el trabajo, pero estoy encantada. Trabajo como interna en una casa cuidando y atendiendo a dos personas mayores. Es un matrimonio que llevan casados sesenta años. Javier es autónomo para todo, solo a veces necesita alguna ayuda en la ducha. Le gusta cocinar, así que la mayoría de los días él hace la comida, de la cena me suelo encargar yo, a esa hora aparte de estar cansado hay un programa en la tele que le gusta.  Columba, que así se llama la mujer, necesita mucha ayuda, tanto para asearse como para desplazarse, y necesita una silla de ruedas en todo momento.   Todos los días después del aseo la llevo a la cocina donde desayuna charlando con Javier. Nunca les falta conversación. Cuando termino de hacer sus habitaciones, a ella la llevo al salón, donde la dejo delante de una mesa. Allí siempre hay sobres y folios, también varios bolígrafos.  La dejo escribiendo alguna carta. Me resulta curioso que siempre tenga que escribir

Diferentes amigos

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 Tengo unos cuantos amigos, todos diferentes, tanto en profesiones como en personalidad y que por supuesto, con muy diferentes reacciones ante la misma cuestión. ¿Qué significa esto? Que cada uno ante una misma situación reacciona muy diferente. Eso también incluye, que cada uno cuenta la misma situación desde su personalidad.  En Navidad, hacemos el amigo invisible, para todos recibir regalos, pero solo regalar a una persona. Este año lo preparé yo. Puse una mesa en una habitación y cada uno entraba cogía su regalo y lo habría delante de todos.  En mi cabeza imagino a todos mis amigos narrando el momento en que coge el regalo y lo abre.  Mi amigo el cura:  _ Me persigné antes de entrar. Vi un montón de regalos y di gracias a Dios, porque todos podamos tener regalos. Tomé el que ponía mi nombre. Cuando me tocó abrirlo, me puse algo nervioso. Dentro del paquete había una camisa preciosa. ¡Mirar! Me la pondré el domingo cuando vaya a ver a mi madre después de misa.  Mi amigo el Psiquiatr

En la ducha

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 Siento como el agua recorre mi cuerpo. Bajo los ojos y veo como mis pies están manchados de rojo. Recuerdo las veces que el desagüe ha tragado mi sangre. Pasando la suave esponja por mi pecho, observo mi piel amoratada. Siempre vestida con manga larga, para que nadie me pregunte por las marcas rojas que continuamente adornan mis brazos. Vuelvo mis ojos de nuevo al suelo y cada vez se ve más diluido el fluido rojo que tan acostumbrada estoy a ver. Subo un poco la mirada y veo mis piernas con partes amoratadas que me recuerdan esas patadas que me dio el día que se quemó al tomar la sopa. Por supuesto fue culpa mía, la había calentado demasiado; como culpa mía ha sido que su camisa tuviese una arruga en la manga.  Su camisa blanca, la que tiene una fina franja azul en el cuello. Hoy me la ha pedido, y al cogerla me ha gritado que estaba arrugada. Como siempre, he bajado la vista y me he dado la vuelta para ir al cuarto de la plancha para repasar la camisa. En ese momento, él con su mano

Las nuevas tecnologías

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 De verdad que no entiendo a los jóvenes de hoy en día. Están todo el día pegados al móvil. Da igual donde estén, en el autobús, la sala de espera del médico, en la estación del tren, da igual siempre mirando una pantalla sin pensar.  Eso es lo que siempre decía hasta que subí al autobús e hice ese comentario, y mi sabia mujer me abrió los ojos.  _ ¡Mira Alcidio! Ellos no son tan diferente a nosotros hace unos años, o incluso en estos momentos. Tú solo ves que van mirando sus teléfonos móviles o que van con los cascos puestos, pero ¿sabes realmente que van mirando? _ ¿Qué se parecen a nosotros? Yo cuando era joven si me subía a un autobús, estaba atento por si alguna persona mayor necesitaba sentarse.  _ Tú cuando eras joven, no ibas nunca en autobús. Y no vengas con milongas, que si alguien quiere cederte el asiento, te niegas en redondo diciendo que estás bien de pie. Tu orgullo no te deja sentarte.  _ Bueno eso es otra cosa. Pero la mayoría de las veces ni se enteran de nada, tan en