Escribiendo a diario
Llevo trabajando en esta casa casi un año. Me costó encontrar el trabajo, pero estoy encantada. Trabajo como interna en una casa cuidando y atendiendo a dos personas mayores. Es un matrimonio que llevan casados sesenta años. Javier es autónomo para todo, solo a veces necesita alguna ayuda en la ducha. Le gusta cocinar, así que la mayoría de los días él hace la comida, de la cena me suelo encargar yo, a esa hora aparte de estar cansado hay un programa en la tele que le gusta. Columba, que así se llama la mujer, necesita mucha ayuda, tanto para asearse como para desplazarse, y necesita una silla de ruedas en todo momento. Todos los días después del aseo la llevo a la cocina donde desayuna charlando con Javier. Nunca les falta conversación. Cuando termino de hacer sus habitaciones, a ella la llevo al salón, donde la dejo delante de una mesa. Allí siempre hay sobres y folios, también varios bolígrafos. La dejo escribiendo alguna carta. Me resulta curioso que siempre tenga que escribir