Batalla
Emilio lleva ya muchos meses pateando un país dividido, cargando con un fusil que cada día le pesa más. Está cansado y cada día más triste. Ha visto atrocidades que un hombre no debería ver nunca. Ya es de noche y la tropa está nerviosa, esta mañana ha habido bajas. Uno de los jóvenes que murieron era un amigo de Emilio; un joven con grandes planes de futuro y que siempre era el alma de la fiesta. Están acurrucados en una arboleda, que no tiene mucho resguardo. Unos pequeños arbustos les separan de la vía del tren. Todo está demasiado tranquilo, y la intensa oscuridad no ayuda a que la tropa se tranquilice. De pronto Emilio oye unos pasos y pone en alerta a sus compañeros. Todos afinan el oído y notan los ruidos cada vez más cercanos. Parece que son muchos, y se oye algunas respiraciones. Incluso algún ruido indeterminado que les pone la piel de gallina. Emilio que es el que en ese momento está al mando, les indica que mantengan la calma. Pero esa presencia ya es casi palpable. Oyen r