Y el cielo está nublado
El niño, cabizbajo se sienta a comer su bocadillo sentado en el último escalón.
_ Afrodísio ¿qué te pasa? ¿A qué viene esa cara?
_ No quiero ir al colegio. Hoy un niño me ha llamado gordo.
_ La verdad es que yo también estoy hecho polvo. _ Le contesta el abuelo sentándose a su lado con cara de afligido.
El niño le mira con ojos interrogantes, ya que su abuelo es un hombre vital y risueño.
_ Abuelo, ¿qué te ha pasado? _ Pregunta preocupado, olvidándose de su aflicción.
_ Tu madre me ha dicho que hoy está nublado y a mí me gustan los días azules.
_ ¡Abuelo! Pero es que hoy está nublado. Si miras por la ventana lo verás.
_ Ya, pero tu madre es cruel, me hace daño que me diga eso.
_ No entiendo por qué te hace daño que te diga cómo está el día. Está nublado y ya. Esa es la realidad. No tienes que molestarte con mamá porque te diga la verdad. Y mucho menos ponerte triste. El cielo está nublado y gris.
El abuelo le mira por el rabillo del ojo y casi susurrando, le pregunta a su nieto.
_ ¿Qué te ha dicho ese niño en el colegio?
El chaval abre la boca con intención de contestar, cuando algo en su cabeza se conecta. Es como si sintiese unos engranajes encajar.
El abuelo se levanta y se va.
Al día siguiente, en el recreo, Martín se pone delante de él, con los brazos en jarras y escoltado por cuatro amigos.
_ ¡Gordo!
_ Sí, y el cielo está nublado. _ dice Afrodísio mirándole a los ojos, sin ningún ápice de enfado.
_ ¿Qué dices? Te estoy llamando gordo. _ Dice el mayor de los chavales.
_ Ya te he oído. Y el cielo está nublado.
_ Todo el mundo ve cómo está el cielo. ¿Qué más da si está nublado o no? Tú estás gordo.
_ Todo el mundo ve que estoy gordo. ¿Qué más da si estoy gordo o no?
El chaval, algo descolocado por no conseguir el efecto que esperaba, se encara más a Afrodísio.
_ ¿Eres tonto o qué?
_ Tonto es aquel que hace o dice tonterías, y que yo sepa no he dicho ni hecho ninguna.
_ ¿Me estás llamando tonto a mí?
Afrodísio levantando la mano para llamar la atención de su amigo Javier, le contesta muy bajito.
_ ¿Has dicho alguna tontería?
Martín, el “matón” del patio, se da cuenta de que se ha quedado solo, sus amigos han ido detrás de Afrodísio a jugar al fútbol. Y mirando hacia arriba, se fija que el cielo está nublado. Sonríe y grita según corre hacia donde todos juegan.
_ Y qué más da…
Qué bonito!!!
ResponderEliminarOjalá se pudieran arreglar así los patios de recreo y los matones se vieran solos Gracias por tratar un tema tan importante
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