Deporte musical
Ya está otra vez ahí. Siempre que vengo al pueblo le veo pasar, con su chándal azul y con sus cascos en las orejas, qué tan de moda se han puesto. Su cadencia al correr es hipnótica. Dejo de mirar por la ventana para centrarme en elegir la ropa que hoy llevaré a la verbena. Voy con mi prima y sus amigos. Aún no conozco a muchos de los jóvenes del pueblo. Suelo venir más en invierno, más concretamente para la fiesta de Todos los Santos. Ese día acompaño al cementerio a mi madre. Bueno, en realidad la acompaño al pueblo y a la puerta del cementerio. Seré rara, pero no me gustan los campos Santos, me da “yu-yu” entrar. Durante el año también venimos algún fin de semana. Este año mi madre ha decidido pasar unos días del verano aquí, y mi prima me ha invitado a salir con ella y sus amigos. La muy descarada me ha dicho que lo mismo ligo en el baile, y me vengo a vivir al pueblo. Salgo de casa despidiéndome de mi madre, que no para de darme consejos. Que si cuidado con los chicos del pueblo,