El Gran Secreto
Hoy es un día especial en la residencia. Es 9 de enero. A lo largo de este nuevo año, una vez al mes vamos a recibir la visita de un grupo de niños. Me gustan los niños y su inocencia.
Ya están aquí, qué guapos todos. Hay niños y niñas de unos ocho o nueve años.
_ Hola, ¿Cómo te llamas? _ Le digo a uno de ellos que parece más tímido que el resto.
_ Enei, me llamo Enei. _ Me contesta sin levantar la cabeza.
Esta moda de poner nombres modernos me vuelve loca. A saber de dónde habrán sacado ese nombre.
¿Cuántos años tienes, Enei? _ Intento entablar una conversación.
_ Tengo ocho años. _ Me responde, esta vez levantando la cabeza y mirándome a la cara.
_ ¿Qué te han traído los Reyes Magos?_ Sigo hablando con él.
_ No soy tan pequeño. Ya sé que los Reyes son los padres. _ Me responde mirándome a los ojos y muy erguido.
_ Ya veo que no eres pequeño, pero veo que no sabes el Gran Secreto. _ Susurro para seguir ganándome su atención.
_ Sí, lo sé, los regalos los compran los padres y los abuelos. Los Reyes no existen, ni Papá Noel, ni tan siquiera el ratoncito Pérez.
_ Claro, eso es verdad. Pero el Gran Secreto no lo sabes. Mira, comprar regalos es fácil. Vas a una tienda y te llevas lo que quieres, pagas y ya está. Aunque, saber qué regalo es adecuado para cada cual, eso no es fácil. ¿No crees?
_ Sí que es fácil. Los mayores nos hacen poner en una absurda carta qué queremos. Los regalos que nos traerán los “reyes”.
_ Sí, claro. ¿Y a los adultos como es que nos regalan cosas? Y otra cosa, los niños soléis pedir muchos juguetes y ¿no siempre os traen todo no es cierto?
_ A los mayores les traen lo que les gustan y a los niños no nos pueden comprar todo, se vaciarían las tiendas, y los padres no pueden pagar todo.
_ Te voy a contar el Gran Secreto. Me pareces un chico muy inteligente. Y considero que esto lo debes saber. Solo se les revela a personas muy especiales. Luego ellas mismas eligen a quien pasar el Gran Secreto.
Cuando nace un niño, con él nacen las ganas de vivir, la inocencia y la ilusión.
Los mayores intentamos que eso dure el máximo tiempo posible. Para ello hemos inventado leyendas con seres mágicos. Tú, ya sabes cuáles son. En cada rincón del mundo se llaman de una manera y se celebran en diferentes fechas, pero el fin es el mismo, que la ilusión perdure.
¿Qué pasa cuando nos hacemos mayores? Esa ilusión, quizás la perdemos al saber que los regalos los compran los padres; o se fue haciendo cada vez más pequeña hasta desaparecer. Sin embargo, también hay quien mantiene esa ilusión, porque ha entendido el Gran Secreto.
Los regalos los compran pensando en la persona que los va a recibir, y eso es lo más importante. Durante el tiempo que busca el regalo adecuado, reflexiona en que es lo que más le va a gustar, la esencia de esa persona invade la de los padres, abuelos, amigo o quien le vaya a hacer el regalo. Y eso, eso es el Gran secreto. Tu esencia se ha fusionado con quien te quiere tanto como para molestarse en darte un regalo.
Enei se ha quedado muy serio, de pronto su cara cambia, se ilumina con una sonrisa que invade su rostro.
_ Ya entiendo. Cuando me regalan algo que ni siquiera pedí, el Gran Secreto es aún más grande. _ Me grita todo ilusionado por el descubrimiento.
_ Eso es, han estado pensando en ti mucho más tiempo. Lo has entendido muy bien.
_ Me tengo que ir. Muchas gracias por contarme el Gran Secreto. Oye, ¿cómo te llamas?
_ Me llaman Ino.
_ Que nombre más raro. Es bonito. A mí también me dicen que tengo un nombre diferente. Volveré otro día. Gracias Ino.
Y dándome un beso se marcha junto con el resto de los niños.
Me quedo sola, pero mis palabras van para el pequeño Enei.
_ Sí, me llaman Ino, aunque en todos los documentos pone Inocenta.
Las ilusiones son el motor de lo que se vive, que nunca se pierdan, gracias Ino, digo... Ángela
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