Un cuaderno polvoriento
En el desván, revolviendo en baúles olvidados, encontré un cuaderno que al soplar sobre la superficie la polvareda me hizo toser. En la tapa se lee un nombre que reconozco al momento. Paula. Ese es el nombre de mi abuela. Apretándolo contra mi pecho, salgo de esa atmósfera polvorienta. Ya en mi habitación, y después de pasar un pañuelo por el precioso cuaderno, me dispongo a leer lo que será todo un descubrimiento. Hasta ahora lo poco que sé de la vida de mi abuela es que tuvo dos hijos; un varón y una mujercita, que es mi madre. Lo primero que descubro es que fue la pequeña de una familia de cinco hermanos.
Julio 1940
“Mis cuatro hermanos, padre y madre, hemos asistido a la misa mayor. Allí se nos han acercado Diego, el hermano de mi cuñada Josefa; hoy Josefa luce un "maquillaje" en la cara que hace que su hermano mire al mío con inquina. Diego es apuesto, tiene una espalda ancha y unos brazos fuertes, pero eso no es lo que más me gusta de él. (Sí, me gusta). Cuando se acerca a mí me huele a heno fresco, mezclado con un olor a pan recién hecho."
Sigo descubriendo partes ocultas de mi abuela. Lo escrito me muestra lo enamorada que estaba del tal Diego.
Agosto 1940
"Un beso tierno, largo y profundo; así ha sido el primer beso de Diego. Pienso que nunca podré amar a nadie como en este momento amo a mi novio Diego. ¡Qué bonita palabra "novio"! Cuando se lo he contado a mi madre, se ha emocionado, aunque un algo le he notado al saber que es el hermano de Josefa."
Algo trágico sucede en su vida, supongo que le tuvo que marcar para siempre.
Octubre 1940
"No puede ser, si no hubiesen sido mis ojos los que han visto a Diego agachado al lado del cuerpo de mi hermano, Al que le manaba sangre de la cabeza, no lo hubiese creído. Cuando me acerqué, Diego tenía las manos llenas de sangre y mi hermano yacía en el suelo con el rostro gris y sangrando profusamente. Nunca volvería a acercarme a ese asesino, al que amo con toda mi alma."
No salgo de mi asombro. El amor de mi abuela mató a su hermano. ¿Qué sucedería para que todo eso aconteciera?
La siguiente entrada de lo que ha resultado ser el diario de mi abuela, data de dos años más tarde. Su vida y la de toda su familia habían cambiado.
Septiembre 1942
“Josefa lleva dos años viuda y yo dos años "muerta”. Hoy mi padre ha traído a cenar a un hombre al que se le ha estropeado una rueda del coche. Parece un hombre educado y bueno. Se ha interesado por mí, nada más verme punto a mí me halaga, por supuesto, pero tengo el corazón ocupado."
Parece que mi abuelo aparece en escena.
Octubre 1942
“Aquel automovilista que un día rescató mi padre de la carretera va a volver a su ciudad, después de haber podido arreglar varias averías en su vehículo. Parece ser que no solo se le había pinchado una rueda. En este tiempo hemos hablado mucho y ayer me propuso matrimonio. Mis padres han consentido, así que mañana nos casará Don Benito y saldremos hacia Madrid donde iniciaré mi nueva vida".
Bueno, bueno, eso es rapidez y decisión abuela. Parece que lo interesante se ha terminado, las siguientes anotaciones son sobre su vida en Madrid. En nacimiento de mi madre y de mi tío. Al ir a cerrar el cuaderno caen al suelo un par de sobres amarillentos por el tiempo. Al mirarlos, descubro que la destinataria es Josefa, la cuñada de mi abuela, y el remitente su hermano.
2 noviembre 1940
Penal de Oblatos
(Guadalajara)
Querida Josefa:
Espero que al recibir la presente tú y tus hijos os encontréis bien. Lo que sí tengo la certeza es que esos moratones que vestías habrán desaparecido. A ti te cuento la verdad de lo que aquel aciago día sucedió. Nada es lo que parece, aunque todo apunte a mí, yo solo fui el causante de un desgraciado accidente. Acojo mi condena, ya que es menos dolorosa que ver como la mujer que amo me repudia. Su mirada de rencor, me sangra por dentro.
Aquel día descubrí a Diego en brazos de otra mujer (no revelaré quién para no abrirte más tus heridas) la mujer se vistió y salió corriendo, pero tu marido se encaró a mí. Ya sabes lo chulo y soberbio que era. La discusión subió de tono punto en un momento Diego intentó darme un puñetazo, pero mi pericia hizo esquivarlo, con la suerte (no podría decir si buena o mala) que tropezó con una bota vieja que allí había y al caer su cabeza golpeó contra el yunque que se hallaba tirado entre la paja. Sí, se abrió la cabeza, pero no tuve más delito que sortear un golpe traicionero. Ese día se rompió la cabeza de un hombre vil y el corazón de otro.
Te mando un montón de besos para mis sobrinos y un abrazo para ti, hermana.
Dios te guarde siempre.
Parece que la abuela juzgó mal a su novio. Me imagino que su cuñada le haría llegar estas cartas. ¿Qué pondrá en esta otra?
A la atención de doña Josefa Gómez Estévez.
Lamentamos comunicarle que don Diego Gómez Estévez ha fallecido el día de ayer debido a una enfermedad que padecía desde hace meses.
Atentamente la dirección del Penal de Oblatos.
Vaya, este pobre hombre después de cargar con una culpa que no tenía, enfermó probablemente de tuberculosis o vete a saber qué enfermedad, que le llevó a la muerte. Ahora entiendo el carácter agrio y semblante triste que siempre le conocí a la abuela.
Fantástico Geniall Esto desde luego no es un simple relato Está muy bien escrito Yo le daría un premio Está fenomenal GRACIAS Y sigue escribiendo que lo haces muy bien
ResponderEliminarMe ha encantado escritora
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