Exceso de amor

 Oigo murmullos a través de la ventana. Cuando me asomo veo a mi madre y a mi hija compartiendo charla en el jardín. Están sentadas alrededor de una mesa redonda y se sirven una limonada que a mi madre le sale muy rica. Entreabro la ventana para escuchar de que hablan. 

_ Abuela, me gustaría ser como tú. Quiero aprender a ser tú. ¿Qué me aconsejas? _ Le oigo decir a mi hija mientras se sirve la limonada que tanto le gusta. 

_ Bea, no quieras ser yo. Debes ser tu misma, pero si me pides consejo de cómo vivir…  

_ Si, abuela ¿Qué le dirías a mi abuela de 8 años que se miraba fijamente al espejo o a la adolescente que no sabía qué hacer porque su cuerpo está cambiando; que decir y a la joven que salía de fiesta por primera vez?

Noto como mira a su nieta con ojos tiernos, esos que nunca me dedicó a mí cuando tenía su edad. Y afino mi oído.

 _ Desde este futuro que soñó tan diferente al que de verdad es, le digo, o más bien le grito.

"Vive tu vida no solo mirando hacia adentro. Sueña y atrévete a dar pasos que te ayuden a llegar a esos sueños. Escucha a tu madre, pero no permitas que viva su vida a través de ti. Tu libertad termina donde empieza la de los demás, teniendo eso en cuenta, vive. Ese "ama y haz lo que quieras" llévalo hasta el infinito. La vida es tuya y nadie va a vivirla por ti. Cuando esto acabe serás tú la que termine, nadie va a morir por ti, ¿por qué vas a dejar que nadie viva por ti? 

Atrévete a dar pasos que te den miedo, y disfruta de tus éxitos sin que tengas que gritarlos para que te valoren. Si alguien te hace daño, llora, grita y luego límpiate la cara y sigue adelante. Tu familia es importante, sí, aunque nunca dejes que sean tu cadena. Una cadena que si te dejas te impedirá volar. 

Atrévete a equivocarte y aprende de tus errores, no dejes que te hundan. No dejes que te digan que no puedes, desde aquí te digo que SI puedes. Eres más fuerte de lo que nadie sabe. Déjate amar, pero no con sumisión. Ama sin someter y sin chantajes. Si alguien te falla, mira a tu alrededor y verás que hay muchas más personas, así que esa no merecía la pena. 

Haz el amor, que nadie te diga lo que tienes que hacer con tu cuerpo. Ayuda a las personas que puedas, sin tener en cuenta si pueden devolverte nada. Acaba una relación cuando veas que no va a ninguna parte. Estudia lo que quieras y si te equivocas en tu elección cámbiala. La vida es tuya. Cuando trabajes da lo mejor de ti sin tener en cuenta a los demás. No quieras trepar pisando a nadie y si te pisan, levántate, grita y sigue adelante."

_ Abuela, ¿todo eso me dirías a mí también?

_ Si, hija. Ten en cuenta todo. Vive de verdad…

En ese momento a mi hija le suena el móvil y con la cara de ilusión que pone cuando le llama ese chico que le gusta, se levanta, le da un rápido beso a su abuela y se va corriendo. Salgo al jardín y veo a mi madre pensativa.

Al oír mis pisadas se vuelve y me sonríe. Me siento y la miro fijamente para decirle algo que me corroe por dentro.

_ Mamá, cuando yo era joven no me dabas los consejos que le das a Beatriz. 

Ella, con calma, toma la jarra de la limonada y rellena su vaso y el mío. Me sonríe. 

_ Mamá, ¿acaso no creías de mí? ¿No tenías confianza en tu hija? _ Le pregunto con los ojos algo húmedos. 

Ella deja la jarra muy despacio en la mesa y me mira, ahora sí, con esa mirada de amor, comprensión y ternura que le ha dedicado antes a mi hija. 

_ Si, hija, confiaba en ti y me creía mucho de ti; sin embargo, me faltaba la autoestima que una madre debe tener. De la que no me fiaba y en la que no confiaba era en mí misma. Ten eso en cuenta, todo se trasmite. Y la falta de amor por una misma es lo primero que se proyecta. Amate a ti misma, como eres. No quieras cumplir los sueños ni estereotipos de nadie. Nunca te lo he dicho, pero te he amado tanto que no te he dejado crecer. 

A estas alturas las dos estábamos llorando abrazadas. Ese día hablamos de mi juventud y de la suya, y nos perdonamos todo lo que no hemos vivido por culpa del exceso de amor.