un antes y un después

 Era un día normal, no recuerdo si llovía o no, lo que si recuerdo es que hacía mucho frío. Yo iba vestida con el uniforme del colegio. Una falda plisada que me llegaba por debajo de las rodillas y unos leotardos del mismo color. El jersey no era muy gordo, pero lo suficiente para no pasar frío dentro de clase. En noviembre el frío era algo muy normal en el norte del país. La religiosa que nos daba clase ese día, Sor Zelandia, era delgada y más alta que sus compañeras de hábito. Su piel era muy blanca y contrastaba con sus ropajes oscuros. Su voz era profunda, más grave de lo que cabría esperar de una mujer piadosa. 

Intentaba hacernos saber cómo los "infieles" invadieron la península, cuando el sonido de unos nudillos llamando a la puerta, interrumpió su discurso. Volviendo su cara hacia la entrada gritó un "adelante" lleno de interrogantes. Una monja más joven que nuestra profesora se acercó a ella, y hablando entre susurros, muy cerca de su oído, le dijo algo que no llegamos a escuchar. La portadora de noticias salió del aula con cara muy seria, yo diría que hasta acongojada. 

Sor Zelandia se giró y tambaleándose, consiguió sentarse en la silla que tenía detrás de su mesa. Inclinándose ligeramente hacia adelante, con sus huesudas manos tapándole la cara, el silencio se podía masticar. 

Yo, al igual que casi todas mis compañeras, nos rebanábamos la cabeza para imaginar que habría pasado. Mi atrevimiento me llevó a susurrar a mi amiga _ Seguro que se le ha muerto su mamá.

 Luego se escuchó algún otro rumor y otro, y al poco toda la clase era un murmullo. El estómago me dio un vuelco cuando la monja levantó la cabeza, su cara cetrina y seria hasta el extremo, nos miró sin vernos. El silencio, que se paseó por la clase como el viento antes de la tormenta, nos enfrió a todas. 

Sor Zelandia, se puso en pie y con la voz más grave que de costumbre pronunció las palabras que marcarían un antes y un después. 

_ Franco ha muerto. Id todas a vuestras casas. 


A la mayoría lo que nos llegó fue la segunda parte de la frase, pero la que nos marcaría sería la primera. 



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