Unas palabras
Un aspecto frágil, con un pelo lacio que le caía por la cara, unos ojos hundidos y tristes y su pálida tez; eso es lo que encontré al entrar en aquella habitación.
Yo como siempre entré con toda mi energía, y garbo de terremoto, con la idea de limpiar la habitación. Al mirarla me devolvió una mirada que me encogió por dentro. Me acerqué a su cama, mirando hacia atrás para asegurarme que la puerta estaba cerrada.
_ Buenos días. Me atreví a decirle.
Ella, sin contestarme, me regaló una mirada desde el averno por el que estaba pasando.
_ Voy a limpiar la habitación y abriré un poco la ventana para que entre un poco de aire limpio. ¿Te parece bien?
Ella solo mueve ligeramente la cabeza a modo de afirmación.
Al recoger mi escoba me fijo en sus ojos a punto de ser inundados por unas lágrimas que pelean por salir.
_ ¿Puedo preguntarte que te sucede? Perdona, ya sé que estás enferma, pero creo que no solamente es eso.
_ Tú no lo entenderías. Me susurra con su voz casi prestada.
_ Inténtalo, bueno, si quieres. Mi osadía, ya no tiene límites.
_ ¡Mírame! Ya no puedo hacer nada. No sirvo ni siquiera para llevar mi casa. No sé qué va a ser de mi vida, los médicos me han dicho que cogeré fuerzas, pero eso realmente ¿de qué me servirá? Murmura.
Irguiéndome y con la escoba en la mano, la miro y muy bajito, pero lo suficientemente alto como para que me oiga.
_ Eso no se puede permitir, nunca, nunca se puede perder la esperanza. Hay tantas cosas por hacer. En cuanto cojas esas fuerzas que te faltan, podías intentar estudiar algo. Algo que te guste.
_ ¿Estudiar? ¿A mi edad ir a un instituto? Y con todos estos tubos. Y me señala la bolsa que cuelga de la cama que por supuesto está enchufada a su sonda vesical.
_ No hace falta salir de casa. Yo conozco a mucha gente que ha estudiado online y que ahora mismo está trabajando en este hospital.
En ese momento entra una enfermera y yo rápida, tomo mis enseres de limpiar y termino mi tarea.
Han pasado tres años de aquella charla y a mí se me había olvidado por completo aquel suceso, cuando después de salir de una habitación una auxiliar se me acerca y me da un abrazo. Yo estoy totalmente descolocada. Después de soltarme, la miro a la cara y me quedo igual. Nunca la había visto antes.
_ ¿Me recuerdas? Soy la chica a la que una vez ayudaste a vivir. Me dice sin dejar de sonreír.
_ ¿yo? Me ha gustado tu abrazo, nunca viene mal que le achuchen a una, pero creo que te has confundido de persona.
_ No, tú un día entraste en una habitación donde había una chica, delgada y triste, conectada a una bolsa. Y tú me animaste a que le echara ganas a la vida.
De pronto un flash, como una visión, me muestra una joven encamada y caquéxica. La miro y aquellos ojos, ahora con vida y su cara coronada de una espléndida sonrisa, que por fin recuerdo.
_ Sí, ya recuerdo a aquella joven. Me parece mentira lo recuperada y guapa que estás.
_ ¿Sabes? Estudié auxiliar de enfermería por libre, mientras me recuperaba. Cuando tuve que hacer las prácticas ya tenía el ánimo y las fuerzas necesarias. Y ahora aquí estoy, con un contrato corto. Y quiero agradecerte tus palabras. Me hicieron meditar mucho. Esto me lo dice con lágrimas en los ojos y volviéndome a abrazar.
Cuando al fin nos separamos, voy pensando la de veces que entro en las habitaciones y ni siquiera miro a la persona que está en la cama. Lo importante que podemos ser para cualquiera. Y me siento orgullosa de que aquel día la mirase y me atreviese a hablar con ella un poquito. Ella no lo sabe, pero hacía meses que no hablaba con nadie que no fuese de mi familia. Mi novio me había dejado y el dolor me provocó un rechazo a los desconocidos que fue muy difícil de superar. Es ella quien me ayudó a mí. A partir de aquel día, decidí volver a comunicarme con los de mi alrededor.
Que grande eres, peque, que nunca falte, una sonrisa en la cara, ni un brillo de felicidad en tu mirada.
ResponderEliminarQue bonitas palabras muaks
EliminarHermosa lectura... Un gran mensaje...con una gran sencillez y con una perfecta escritura 🌸
ResponderEliminarGracias Pili
EliminarQue grande Ángela me has hecho sonreír y llorar de emoción y de recordar nuestra profesión y doy gracias por haberla descubierto aunque fuera tarde hermosísimo Angela
ResponderEliminarUn abrazo preciosa.
Eliminar👋👋👋👋👋👋👏💞💞💞💞💞💞💞💞💞💞💞💞
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este relato. He llorado 😍
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