Agobio
_ Cuando los cambios me agobian, y bloquean. ¿Qué tengo que hacer? _ Así empezó la consulta, mi primera paciente. Y yo le hubiese respondido, que eso me gustaría saber a mí. Me acabo de cambiar de ciudad, ella es mi primera paciente, pero no la primera de esta etapa, no, es la primera. Los estudios en psicología que tanto esfuerzo me han costado, ahora tendrán que reflejarse en la consulta que acabo de abrir. ¿Cómo le respondo yo a esta chica? Si de agobio se trata, soy experta. Sin embargo, soy una profesional y le diré lo que ella tiene que hacer, y yo no soy capaz.
_ Bueno Miren, te voy a dar unas claves para evitar el agobio.
Respira profundamente. Para mantener la calma es importante respirar. … Ordena tu mente. … Haz lo que te guste. … Desahógate. … Mantén una actitud positiva.
_ Sí, claro, eso es fácil de decir, en cambio, llevarlo a cabo no me resulta nada fácil.
_ Nadie ha dicho que sea fácil. Lo primero es identificar la fuente, es decir ¿qué es lo que te agobia y bloquea?
_ Son un cúmulo de cosas. Tengo una relación y hace poco me he enterado de que es un hombre casado. Mi familia me agobia con que tengo que independizarme y formar mi propia familia. Y en el trabajo… ¡Buf! La falta de personal me está saturando. Es tal la tensión con la que voy a trabajar, que me da miedo cometer un error grave.
_ Miren, a veces las soluciones no son fáciles, pero otras veces son más fáciles de lo que nos pensamos. Vamos a intentar hablar de cada una de esas situaciones.
Con esa pareja que tienes y sabes que está casado. ¿Tú quieres seguir?
_ Yo le quiero, pero no estoy dispuesta a compartirlo y desde luego no me gusta ser" la otra". Además, creo que ya no podré confiar en él, nunca más. La traición y la mentira ha sido tan grande que no veo otra salida… no sé…
_ Bueno, en eso ya está identificado el daño, ahora por duro que sea, te toca tomar una decisión. No significa que no vayas a sufrir. Sin embargo, tienes que prepararte para lo que él te va a proponer.
_ Lo sé, he reflexionado mucho ese tema y lo tengo más o menos arreglado. Voy a romper con él, sin opción a segunda oportunidad.
_ Veamos, tu familia. ¿Qué me cuentas al respecto?
_ Que parece que me quieren lejos. Soy la más interesada en irme de casa, pero no es fácil.
_ Claro, el precio de la vivienda no ayuda.
_ No, no ayuda. Aunque hay más opciones. Y supongo que por ahí tengo que ir. No sé, compartir piso, por ejemplo… Se me acaba de ocurrir, la verdad. Es como si solo con hablar del tema fluyesen respuestas.
_ Me alegro de que al menos el hablar te ayude. Si quieres lo intentamos con el tema del trabajo.
_ Ahí, ya no sé si puedo hacer algo. Mira, te cuento. Yo trabajo en el servicio de urgencias del hospital de esta ciudad, y como te sonará, se ha abierto un servicio nuevo, más grande moderno y humano.
_ Si, lo leí el otro día en el periódico. Y en las fotos parece muy bonito.
_ Sí, bonito es. Aunque tiene muchos fallos, también tiene muchas mejoras respecto al anterior. Sin embargo, tiene una grave carencia.
_ Falta de personal. Le respondo a mi primera paciente. Me levanto despacio, me acerco al perchero donde Miren ha dejado su abrigo. Lo cojo junto con mi chaqueta. Me giro, y cuando veo como me mira, le digo.
_ Miren, vamos a celebrar que eres mi primera paciente. Nos vamos a ir a tomar unas birras y nos vamos a arreglar la vida una a la otra.
Dos meses más tarde.
Hoy tengo cinco pacientes en mi agenda. Dos hombres y tres mujeres. Poco a poco, y con el boca a boca mi consulta va funcionando. Ya no estoy tan nerviosa como el primer día, ni tan agobiada. Y desde luego nunca más me he ido de copas con un paciente.
Sonrío al recordar aquel día. Después de salir de la consulta, Miren y yo nos fuimos a tomar unas cervezas y hablamos durante horas, pero como amigas, no como paciente y profesional. Resulta que todo lo que necesitábamos las dos era conocernos y hablar. Ahora es mi compañera de piso. Nos desahogamos de vez en cuando y analizamos juntas nuestros agobios. Ella ha empezado a salir con un chico que trabaja en mantenimiento. Me han presentado a un compañero que me gusta, aunque aún no hemos dado ningún paso.
El mejor psicólogo es un buen amigo, eso lo repito hasta la saciedad en mi consulta, aunque vaya contra mi negocio. Un amigo para hablar y un abrazo a tiempo es lo que más reconforta.
Bravooooo me ha encantao y su nada como una buena amiga como tú lo se un besoooo😘😘😘😘😘👏👏👏👏👏
ResponderEliminarEso,las amigas son lo mejor de la vida
ResponderEliminar