Bonita lámpara

Alejandra me ha propuesto que le ayude este fin de semana a ordenar la casa de su tía abuela, que falleció hace unos meses. La han heredado todos los sobrinos, uno de ellos es la madre de mi amiga. Son unos cuantos, pero es mi amiga quien se va a encargar de quitar chismes del medio antes de ponerla en venta. Le han dicho que lo que se pueda aprovechar perfecto y si encuentra algo que pueda vender se lo puede quedar, siempre que lo haga en el mismo fin de semana; lo que se venda después del ese periodo habrá que repartirlo entre todos.  Así que aquí estamos preparadas para vender todo lo que se pueda por internet. 

Lo primero que hacemos es localizar la habitación donde dormiremos esas dos noches. Es una habitación no muy grande con dos camas, entre las que hay una mesilla de noche, sobre la que hay una lámpara que me llama poderosamente la atención.  La toco con cuidado, ya que parece delicada. Tiene una pantalla que está hecha con cinco pedazos de algo como pergamino. En uno de esos trozos, se aprecia una especie de búho, algo borroso por el tiempo. 

_ Alejandra, esta lámpara es muy “vintage”. Seguro que podemos conseguir algo por ella.

_ ¿Tú crees? A mí me da un poco de repelús. El tacto es extraño y con esas borlas marroncitas colgadas. 

¡_ Bah! Yo me encargo de la lámpara, y lo que consigamos por ella lo invertimos en una cena. 

_ Perfecto. Me responde mi amiga 

Mientras Alejandra va a la habitación de al lado, para ver que puede haber allí, yo cojo la lámpara para mirarla bien. Al tenerla entre mis manos un escalofrío me recorre la espina dorsal. No sé qué me pasa con ese objeto, pero tiene algo estremecedor. Bajo el pie hay un papel pegado con algo escrito. Parece una frase, aunque está en alemán (o eso me parece a mí). 

Von deinem Freund 

Ilse Koch

No entendí la frase, sin embargo, ese nombre me sonaba de algo. Lo aparqué en mi mente por el momento y comencé a hacer fotos a la lámpara y las subí a la aplicación del teléfono, que íbamos a usar para vender todo. No le puse precio, preferí que la gente pujara por ella. 

Hecho esto acompañé a mi amiga en el cuarto en el que había montones de cosas. Algunas eran poco más que basura, aun y todo sacamos fotos de todo y lo colgamos para vender. Sin saber ni como se nos hizo de noche. 

Cenando mi amiga me contó un poco de la vida de su tía abuela. Ella era alemana, pero después de la guerra tuvo que salir del país y vino a España. Aquí se casó con un hombre que no le dio hijos. Nunca nos contó mucho de lo que pasó en la guerra. Ella siempre decía "el pasado pisado el presente de frente y el futuro sin mente". Y con esa frase cortaba toda tentativa de saber algo de lo que sufrió en la guerra. 

_ Oye Alejandra ¿te suena el nombre de Ilse Koch?_ le pregunto a mi amiga acordándome de la lámpara. Y de paso mirando el móvil, para ver si alguien había pujado por el objeto en cuestión.

_ Ilse Koch, no ¿por qué lo preguntas?

_ Esta lámpara tiene pegado un papel en la base con ese nombre. _ le digo enseñándole la foto. Y por cierto ya han pujado varias personas. 

Y abriendo mucho los ojos, miro la cantidad que uno de ellos ha puesto y no me lo puedo creer. ¡Mil euros! Se habrá equivocado. Nos vamos a la habitación y al acostarnos encendemos la lámpara que hemos puesto en venta. Produce una luz tenue y amarillenta. Ya acostadas, no dejo de pensar en el dichoso nombre y lo busco en Google. 

El grito que doy es tal que mi amiga pega un tremendo bote en su cama. Agobiada y preocupada se acerca a mi cama.

_ ¿Qué te ha pasado? 

_ Ya decía yo que me sonaba. 

_ Pero ¿de qué hablas?

_ Hablo del nombre que esa lámpara tiene en su base. El de Ilse Koch. ¡Mira! Y le muestro los resultados de mi búsqueda. 

A mi compañera de cuarto, se le cambia la cara y toma un tono gris preocupante. La intento tranquilizar. Las dos miramos la lámpara con aprensión, y con mucho esfuerzo ponemos el resto de la frase que acompaña a aquel nombre, en el traductor de Google. El resultado es:" De tu amiga Ilse Koch". Y esto unido al resultado de la búsqueda anterior nos heló la sangre. 

"Ilse Koch ideó lámparas fabricadas con la piel humana de judíos • Mató cerca de 5.000 prisioneros mediante técnicas de tortura".

 Abrí la aplicación del móvil, donde ya eran 7 los que pujaban por ella con precios que superaban los tres mil euros, y eliminé la venta. 

Esa noche sacamos la lámpara de la habitación, la envolvimos en una sábana y la dejamos preparada para llevarla el lunes al instituto de memoria histórica, donde no hace mucho hice un curso en el que por primera vez escuché el nombre de Ilse Koch, "La Bestia de Buchenwald".





Comentarios

  1. Ésto no es un simple relató Con esto puedes escribir un libro ya
    Maravilloso relató aunque espeluznante
    Genial Angela

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