Noticieros horarios

 “Dos detenidos y un huido, en una pueblo de Álava. Los detenidos y el prófugo, son miembros de una banda terrorista. El huido es el cabecilla del grupo, que en el momento de la actuación policial llevaba una chaqueta oscura y unos pantalones azules. Si algún ciudadano se encuentra con él, informe rápidamente a la policía”. Esta es la noticia que Marcela escuchaba en la radio, mientras se vestía para ir a la ciudad a comprar. Vivía en un pueblo a cuatro kilómetros de Vitoria. Y cuando quería comprar carne o pescado, tenía que ir allí, ya que en el ultramarinos del pueblo solo tenían lo básico. Marcela, como cada jueves, coge su carrito y va poco a poco por la carretera hasta la ciudad. Le cuesta llegar tres cuartos de hora, la vuelta suele ser más lenta debido al peso del carro. 

Ese día, ha comprado chuletillas para asar, ya que este fin de semana vendrá la familia, una tocineta para el cocido, un queso “del bueno”, quiere quedar bien con el suegro y este queso le encanta, un pollo para asar y algunas cosas más para el resto de la semana. Bueno algún capricho también ha comprado, como esa tableta de chocolate con almendras que tanto les gusta a su hija y a ella. Ya de vuelta cuando no le queda mucho para llegar a la casa de su amiga Lola, en la cuneta le parece ver un bulto grande. Le parece una persona tumbada, lleva la capucha puesta. Marcela recuerda la noticia de la radio e intenta andar más deprisa, pero parece que sus piernas se niegan a hacerle caso, cuanto más deprisa quiere andar más le tiemblan las piernas y más lenta va. El sudor le comienza a recorrer la frente y la espalda. Mira hacia atrás, pero sin volver la cabeza, por el rabillo del ojo, ve que la persona tumbada se ha puesto en pie. Sus piernas tiemblan mucho más si cabe. Está llegando a casa de Lola, y se fija que esa persona se agacha y la mira, parece que la sigue. Al fin llega donde su amiga y esta al abrir la puerta, nota el color pálido de Marcela. Entran en casa y Marcela le cuenta lo que ha vivido. En la cocina Lola le prepara una tila en vez del café que siempre se toman charlando en el jardín de la casa. Oyen unos gritos y al mirar por la ventana ven a una persona vestida de oscuro con el gorro de la chaqueta echado por la cabeza y con algo en la mano. Ellas instintivamente se apartan de la ventana y Lola va a echar la llave a la puerta. Al cabo de un rato el hombre se cansa y se va, pero parece que ha dejado algo colgado en la puerta. Ha pasado más de media hora desde que el hombre ha desaparecido y las amigas deciden salir de la casa. Al acercarse a la puerta del jardín ven colgado en la manilla una bolsa con unas letras rojas que pone Carnicería Paco, al fijarse bien ven dentro hay un queso. Marcela va al carro de la compra y comprueba que efectivamente su queso “del bueno” no está. Las amigas se miran y se encogen de hombros. Están más tranquilas y no saben si reír o llorar. Ese día Marcela y Lola escucharon todos los partes horarios de la radio. Al fin, en las noticias de las once de la noche Marcela escucha: “El terrorista huido esta mañana, ha sido hallado en la frontera de Irún, cuando pretendía pasar Francia, tras una corta persecución ha sido detenido y conducido a las dependencias policiales…”

El sábado, cuando estaba toda la familia reunida, Marcela ve como los niños están hablando con un hombre alto y joven. Se acerca, y el nuevo vecino se acerca con el brazo extendido y le dice con una sonrisa 

_ Hola soy Ernesto, creo que el otro día no pude presentarme. 

_ ¿El otro día? Pregunta Marcela extrañada. 

_ Si nos vemos el jueves, estaba recogiendo insectos para mi colección. Y creo que se le cayó algo del carrito de la compra. Vi que entraba en la primera casa del pueblo, pero imagino que estarían charlando y no me oyeron. Le dejé la bolsa colgada en la manilla de la puerta. ¿Lo vio verdad? 

_ Ah sí, sí. Muchas gracias. No, no oímos a nadie, estaríamos tan enfrascadas en nuestra charla y no nos enteramos. Le contestó Marcela con los ojos como platos y las mejillas encendidas. 





Comentarios

  1. Ja ja ja que bonito y que lección de humildad Siempre pensado en lo malo Muy bien narrado manteniendo mi interés GRACIAS

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