Llamadas del más allá
Esta semana ha sido dura, en mi casa las cosas no van bien. Julián, mi marido, está un poco raro. Ha llegado varios días algo borracho. El bar que regenta no va bien del todo y parece que todo el mundo tiene la culpa. Los clientes son unos desagradecidos, yo no le apoyo o el gobierno siempre pone trabas a todo, esos son los argumentos que se repite continuamente.
Al menos hoy no le veré llegar a casa, trabajo de noche y al menos aquí todo será como siempre. Las noches suelen ser tranquilas en la residencia, a no ser que algún residente se ponga enfermo. Cuando me han dado el parte , me han dicho que todos estaban bien, sólo Jesús estaba un poco raro esta tarde. Pero que se ha metido en la cama sin protestar demasiado, cosa que a todas nos ha extrañado. Este anciano es algo rarito, por así decirlo, nos vuelve locas con su excentricidades.
Después de hacer la ronda pertinente y comprobar que todos están bien, me tomo un café viendo un programa de televisión que trata de la vida después de la muerte. ES interesante pero a mí me deja con un cuerpo algo descompuesto, me entran escalofríos por la espalda, no puedo evitarlo.
Suena un timbre y veo que es Jesús, me acerco a su habitación y con los ojos como platos me dice que acaba de ver en la tele que te puedes comunicar con los muertos. Bueno Jesús , no es nuevo lo de las médium y esas cosas, no me digas que no habías oído hablar nunca de ellas. Le respondo con un hilo de voz ,porque a saber que se le está pasando por la cabeza. Si, claro pero yo hoy siento una presencia en mi habitación. ¿Será que alguien del más allá me quiere decir algo? Me responde con cara de inocente.
No sé si del más allá te quieren decir algo pero del más acá, te digo que apagues la tele , que ya es muy tarde. Y acercándome al aparato le doy al interruptor y la dejo en negro . Y procura dormir algo que luego por la mañana siempre remoloneas para levantarte.
Se tumba de nuevo y me voy de la habitación con una sensación rara. En fin estos programas no los tendrían que poner a estas horas. Nada más llegar al office, suena el teléfono , es raro ya que a esas hora nadie llama a la residencia. Descuelgo y oigo unas fuertes respiraciones. ¿Quién es? Pregunto con la piel de gallina, esos juegos no me gustan nada y si es una broma , es de muy mal gusto. Un susurro ininteligible es lo único que escucho y el clic que señala que han colgado en el otro lado.
Me vuelvo de nuevo a mi sitio, y aunque no le doy mucha importancia , algo en mi se ha quedado mal. En ese momento suena mi móvil, es Julián . ¿qué querrá a esas horas?
Dime ¿ qué quieres a estas horas? Le pregunto a bocajarro. La cena quiero la cena , me dice con la voz pastosa.
Suspiro y pongo los ojos en blanco antes de colgar. Será cretino, solo tiene que abrir la nevera coger la cazuela con las albóndigas y calentarlas.
Dong, suena un timbre, de nuevo Jesús, parece que hoy me va a dar la noche. Ring ring vaya el teléfono de nuevo , como sea Julián me va a oír. ¿Quién es? Respondo con voz poco amable. Una fuerte respiración se oye al otro lado. Oye Julián si es una broma no tiene ninguna gracias, comete las albóndigas de la nevera y déjame en paz. Cuelgo con un temblor en las piernas y voy hacia la habitación de Jesús.
¿Qué pasa Jesús? Le digo con el tono más amable que me sale después de tanto ajetreo nocturno. Me mira con cara de inocente y me dice. Yo creo que mi hermana se quiere poner en contacto conmigo. A ver Jesús tu hermana, si no recuerdo mal murió hace un par de años. Y eso del más allá está muy bien para los programas de la tele, pero en la vida real esas cosas no suceden. Así que por favor intenta relajarte y dormir algo. Y en ese momento oigo de nuevo el teléfono. Venga Jesús que me llaman por teléfono, descansa.
Llego al teléfono con la yugular hinchada. ¿Quién es? Respondo casi gritando Al otro lado con la voz menos pastosa que antes responde Julián, ya he encontrado las albóndigas pero ¿dónde coño está el pan?
No me lo puedo creer, el pan está en la bolsa del pan como siempre. Le grito y de paso. Oye y deja de gastar bromitas con el teléfono. Cuelgo e inmediatamente suena de nuevo y es de nuevo esa respiración que ya me tiene harta. Tras colgar y descolgar el teléfono varias veces e ir a la habitación de Jesús otras tantas veces, son casi las ocho de la mañana. Ya tenía claro que Julián, no era el de las llamadas a esas horas estaría frito en el sofá. La última vez que sonó el teléfono , ya muy harta me lo llevé justo a la habitación de Jesús convencida que si no era Julián el graciosillo, sería Jesús, vete a saber con qué retorcida intención.
Al descolgar el teléfono y oír la respiración siniestra del otro lado , entro en la habitación y veo a Jesús dormido profundamente y con el crucifijo de la pared en la mano. Al otro lado del auricular oigo una escalofriante y ronca risa. En ese momento salgo corriendo hacia la planta de la residencia donde, mi compañera Alicia hace su guardia. Entro en la planta más blanca que las sabanas lavadas con Ariel y sin voz . Y cuando llego donde ella, me la encuentro agarrada teléfono. Me mira con cara de inocente y me dice, ¿qué te ha pasado esta noche? No has bajado a tomar café y te llevo llamando toda la noche pero este maldito aparato parece que no funciona bien y solo hace ruiditos raros. Acabo de ver las noticias y me estaba riendo de lo lindo … Oye ¿qué te pasa? Estas muy pálida.
Ole y olé ha estado genial me ha tenido intrigada hasta el final Da gusto leer tan bonito GRACIAS
ResponderEliminarMadre mía, menudo enganche desde el principio. Buenísimo
EliminarJajaja, estaba viviéndolo en primera persona, hasta con Jesús, que da las noches... Me ha gustado mucho
ResponderEliminarJA JA JA
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