El recado
Era una niña obediente, pero con la energía de sus ocho años. Muy espabilada pero inquieta. Ese día no había colegio, y ella quería saltar y correr. Su madre, una mujer sencilla y trabajadora, estaba preparando la comida, ese día pondría ensaladilla. Al abrir el armario se da cuenta que los huevos se han acabado. Marina, vete a la tienda de "la Casilda" y compras una docena de huevos. Pero no te entretengas por el camino. Le pidió a la pequeña que estaba jugando en el patio. Si mamá, le contestó sin pensárselo. Se puso en píe y cogió la bolsa de tela que usaban para esos menesteres. En su carterita se metió el dinero y salió corriendo en dirección de la tienda. Iba saltando y corriendo, cual caballito . Al llegar a la altura de la vaquería de Vidal , en el bebedero de las vacas a Marina le gusta hacer equilibrios, sube al borde del pilón y cual malabarista lo recorre con un pie delante y otro detrás. En un momento, no sabe cómo nota su cuerpo sumergiéndose en el agua, toca el fondo y consigue ponerse de pie. Con la bosa todavía en la mano, se agarra al borde del pilón y consigue salir. Entre el susto y el miedo a que su madre le riña vuelve a casa llorando y chorreando agua. Su madre al verla entrar, da un grito que la asusta todavía más. Marina intenta explicar que se ha caído al bebedero de las vacas de Vidal. Corriendo viene el padre a ver que ha pasado. Su padre, al ver a la niña chorreando, se da la vuelta intentando que no se note el ataque de risa. Su madre con los ojos como platos y con las manos en la cabeza la manda ir a la bañera .
Adela mira de reojo a Juan y cuando la niña ya no les puede oír le dice, pero ¿ por qué te ríes? Yo no le veo la gracia. Él sin poderse contener con una carcajada le responde, pero ¿tú has visto como ha venido? Si ella está así ¡Cómo habrán quedado los huevos! Adela en un principio no le entiende, pero al fin se da cuenta y suelta una carcajada uniéndose así a las de Juan. Y entre risa y risa le intenta explicaros huevos aun no los había comprado. Se cayó en el bebedero de las vacas de Vidal.
Q bonito ESTUPENDO Y CON UNA DOSIS DE HUMOR me ha hecho sonreír
ResponderEliminarEres genial Angela, un placer leerte. Siempre
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